El actor aseguró que no se siente un metrosexual y hace ejercicios “porque me quita el estrés”.
La fama fue un plato que Christian Domínguez saboreó a los 15 años, cuando formaba parte de la agrupación “La joven sensación”. Ahora, a sus 29, el vocalista de “Los hermanos Yaipén” no solo aloca al público femenino con sus sensuales movimientos sobre el escenario y su cuerpo musculoso, sino también se consolida como actor y se alista para protagonizar “Mi amor el guachimán”, que arrancará es primero de octubre por América Televisión.
Christian nos cuenta sobre este nuevo reto artístico, confiesa que no se siente galán, pero ha recibido algunas propuestas indecentes. Jura que nunca se ha pegado una borrachera y en la intimidad no es egoísta.
¿Cómo es tu personaje en la serie?
Mi personaje es Salvador, un joven que un día lo pierde todo. Su papá, que es pescador muere y él tiene que hacerse responsable de la familia. Por eso viaja a Lima en busca de un futuro mejor, pero no hay chamba. Entonces solo le queda ser vigilante, guachimán. Es la típica historia de un gran porcentaje de peruanos que no consigue trabajo por la argolla.
Como actor, ¿también has sido víctima de la argolla?
No, porque no soy el típico actor que busca chamba en las producciones, que busca papeles en las diferentes series. A mí me llaman para tal personaje, yo veo si lo tomo o no.
¿Hay escenas candentes con María Grazia (coprotagonista)?
No, lo nuestro es un amor romántico, muy fresa y cursi.
¿Serás el “partidor” de Yaco Esquenazi?
(risas) Lo que hay en esta serie es un tema de niveles sociales. Ella (María Grazia) pertenece a la clase social más alta de Lima y yo comienzo a enamorarme.
Tus papeles no son del típico galán
Es que a mí no me llaman como galán. Cuando hice protagónicos fue para darle vida a cierto personaje.
¿Y no te gustaría hacer ese papel?
Creo que, en la actuación, uno debe estar dispuesto a hacer cualquier personaje. Pero no me quita el sueño ser un galán.
¿Sientes que has madurado como actor?
Es la mejor actuación que he tenido, porque manejo todos los campos: entre el drama y la comicidad. Nunca había hecho drama y esto enriquece mi actuación.
¿Es verdad que de joven te ofrecían dinero por sexo?
Sí, y muchas personas. La gente, a veces, llega a un nivel alto de fanatismo y vienen estas proposiciones. Una vez una señora me dijo: “Te pago para que estés conmigo”, me lo dijo como si yo fuera un objeto. Era un adolescente y, obviamente, más que un halago, me asustó.
Ahora haces muchos ejercicios…
El gimnasio, desde hace muchos años, es parte de mi vida. Ya no viene a ser un tema de estética. A mí me quita el estrés, si no entrenara, no aguantaría tanto.
¿Eres metrosexual?
Para nada, yo paro mucho en ropa sport. Solo me caracterizo para la televisión o las presentaciones con la orquesta.
¿Cómo vas con tu novia Vania Bludau?
Ya tenemos dos años juntos, y estamos muy felices. Siempre hay compresión entre nosotros. Incluso hay planes de tener hijos a corto plazo, a lo mucho dentro de dos años.
¿Y cómo es la relación con tu ex esposa, Melanie Martínez?
Es la madre de mi hija y con ella todo bien, todo tranquilo. En realidad, no tengo problemas con nadie. Estoy en la mejor etapa de mi vida, en mi plenitud, en los años más provechosos.
¿Te gusta salir a divertirte, las discotecas?
No soy bohemio, no salgo a discotecas, no soy fiestero. Por la fama salté etapas de amistad, de borracheras, sacrifiqué todo eso por el canto, por la vida artística.
Eres actor, cantante, padre. ¿Sientes que has “tocado techo”?
El techo no existe, ni musical ni actoral. Me preocupo por mantenerme y avanzar, no por descender. Mientras uno no caiga en la ociosidad, todo está bien.
¿En la intimidad eres exigente?
Me considero un buen amante, no soy egoísta. En la intimidad las dos personas tienen que estar muy satisfechas y cómodas, tienen que llegar al clímax los dos juntos.
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Fuente: Diario Trome
La exvedette se llevó una nada despreciable suma por sentarse en el banquillo de la verdad de Beto Ortiz. 
